Hoy vamos a escribir en nuestro blog sobre una de las maravillas de la naturaleza, que no son las flores como es habitual que lo hagamos en este blog, hoy lo haremos de otra maravilla: las montañas, y como en esta ocasión en nuestra querida Asturias teníamos mal tiempo, decidimos trasladarnos a la comunidad vecina de León, al pueblo de RIaño , para ser mas concretos a Horcadas, que será donde comienza nuestra ascensión al pico Gilbo ,también llamado el cervino leonés, por la forma tan parecida al cervino de los Alpes.
Aunque su altura es bastante modesta, 1.674 metros, su figura esbelta y su fina cresta norte-sur, hacen de este pico una delicia para el montañero que no busca grandes empresas pero si una perfecta conjunción de adrenalina y buenas vistas en poco más de cuatro horas.
Se trata de una ruta que te permite disfrutar de hermosos hayedos, entretenidas aristas, fiordos exultantes en el pantano, vertiginosas pendientes y maravillosas panorámicas…
Pese a su escasa altura es considerada una de las ascensiones más bonitas de la provincia de León.
Salimos de la iglesia de Horcadas por PRC-LE-52 que nos lleva a una fuente donde ya divisamos el Gilbo, continuamos hasta el collado de Baile ahí damos la vuelta a la izquierda del Gilbo y comenzamos la ascensión.
En breve nos colamos en la cara oeste de la peña, la cara de Bachende, el bello desfiladero que el Esla abría a la salida de Riaño dirección Huelde, y que hoy es pasto de los barbos y las bogas que nadan también en el inundado valle de Anciles, el cual también tenemos en frente.
Subimos poco a poco contemplando el espléndido paisaje ,pasamos por una canal y sin darnos a penas cuenta estamos en la cumbre del Gilbo, maravilladas de las preciosas vistas que ofrece al valle de Riaño y a la montaña palentina. Después de disfrutar de las hermosas vistas, hacer nuestra habitual sesión de fotografía comenzamos la bajada por la crestería con nuestros nuevos compañeros gallegos.
Terminamos la bajada y nos despedimos, los gallegos para Riaño y nosotras para Horcadas, practicamente desandando lo andado por el cueto de las vegas en dirección al coche de la jefa .
Después de tomar una merecida cerveza en el bar de Horcadas, ponemos rumbo Asturias, haciendo una ultima parada en Riaño para repostar. La valoración personal de esta ruta es de dificultad fácil, corta en km y de una gran belleza.